
Aquí estoy escribiendo como en un ritual. A veces recorriendo tanta oscuridad, otras tantas claros amaneceres con insomnio.
Esas veces y otras tantas estás.
Como la fuerza increíble que me conecta con la vida.
Sos este que se topa conmigo en mis paredes marchitas, el me extiende una mano por debajo de la sábana…
Este.
No sé que hay en tí que no me deja ir.
Mírame con esos ojos que me llenan el alma, susúrrame esas palabras que sacan de mi a esa niña que no deja de creer.
Hablemos.
Atesoro cada uno de los momentos que vivo contigo.
Me llenan, me nutren.
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