Mientras tanto sigo aquí estática. Mi cabeza le ordena a mi cuerpo moverse,ir hacia adelante.
Miro como otros viven la vida que yo no. Tiesa sobre la vereda como una estatua.
Alrededor mío la gente se mueve cómoda, todos me esquivan y tratan de no chocarme.
No cruzo la vista con nadie, hace rato que sólo miro mis botas de gamuza. Como suplicándole a mis pies que den el primer paso.
Se caen las lagrimas, a borbotones. Mis anteojos se empañan.
No hay reflejo alguno.
Solo la cabeza piensa y da vueltas.
No me enjuago, ni seco mis ojos con pañuelos de papel.
Mi cuerpo no escucha a mi cabeza.
Mi corazón tampoco.
21052009
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