
Llovía. La gente corría por la vereda buscando un lugar de refugio. Los vidrios se empañaban. Eso me encantaba.
Me gusta la lluvia. Todo lo que la antecede, ese ritual de las hormigas, el olor a tierra mojada, los truenos, las gotas(a veces con sol).
Llegaste empapado, con el pelo mojado, con los anteojos tan empañados como las ventanas.
Me ofrecí a limpiarlos, y recordé cuando te cuidaba, cuando te contenía, cuando te amaba y amaba era sentirte parte mía.
- Cuanto hace que no nos veíamos , no ?- preguntaste tímidamente.
Yo te seguí viendo cada uno de estos días, en cada uno de estos meses.
-En realidad, nunca nos separamos tanto-
Ya no era la alborotada adolescente, sino una mujer con frío.
Ya no era fuerte, necesitaba un abrazo.
-Tomamos un café?-
-Dale.
No hay comentarios:
Publicar un comentario